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María Monleón: «Es una enfermedad silenciada»

  • Writer: Raquel Pérez
    Raquel Pérez
  • Mar 7, 2022
  • 3 min read

La lucha por conseguir el sueño de tu vida puede acabar con uno mismo


Raquel Pérez. Jérica

La auto exigencia y el perfeccionismo llevaron a María Monleón a sufrir ansiedad desde hace más de cuatro años. Actualmente, con 27 años se encuentra trabajando en un colegio público de Sagunto, mientras se prepara las oposiciones para poder conseguir una plaza fija. A raíz del examen que realizó en 2018, María arrastra una enfermedad mental, la ansiedad.

«Me faltaba el aire, las cervicales me provocaban mareos y el estómago se me cerró», señaló María al recordar su primer ataque. El autocontrol es la clave para su estabilidad, cuando no depende de ella, comienzan sus inseguridades que derivan posteriormente en ataques de ansiedad. «Lo que se aleja de mi control me pone muy nerviosa y las oposiciones significaban mi futuro por lo que me ponía más nerviosa todavía», afirmó la maestra.

«Me pensaba que eran nervios por mi auto exigencia, pero el médico me abrió los ojos y me dijo que lo que realmente tenía era ansiedad», explicó la docente, la cual el fracaso de las oposiciones de 2018 le alertó de que algo en ella no iba bien. A pesar ello, y de acudir a un médico para identificar lo que le ocurría, la maestra no hizo caso a las recomendaciones sanitarias.

La joven decidió buscar una solución por ella misma, y comenzó a informarse sobre la enfermedad que padecía, «tenía que entenderme», para poder seguir hacia delante. «Ahora me conozco y se cuáles son mis límites», comentó María. Aun así, la joven considera que debe de acudir al psicólogo porque «todos necesitamos la ayuda de un profesional».

Gracias a su interés por conocerse y salir de su bucle mental, la docente afronta los problemas desde otra perspectiva e intenta no huir de ellos. Ahora, los analiza y busca la manera de solucionarlos. «Este proceso me ha costado bastante y comienzo a castigarme menos», recalcó la joven.

El deporte, la lectura y el amor por su profesión son sus vías de escape. La adrenalina que arrastra durante sus épocas de nervios la desprende yéndose a correr. También, contó con el apoyo de su familia, a pesar de que en ocasiones no la comprendieran. «Es una enfermedad silenciada», afirmó María. «Si te pones malo te dan un ibuprofeno, pero si tienes ansiedad, no saben cómo hacerle frente», indicó la joven.

María recalcó la importancia de hablar en el colegio sobre todos los temas tabú e intentar concienciar a los padres de la presión «innecesaria» que ejercen sobre sus hijos, ya que pueden acarrear consecuencias grabes a largo plazo. “Un siete no es suficiente, debes de esforzarte más», ejemplificó la docente. Además, afirmó que lo único que se consigue con esos comentarios son miedos e inseguridades, y una auto exigencia en exceso, que no es sana.

Apoyo, escucha, cariño, son algunos de los afectos que más necesitan las personas que sufren problemas de salud mental. «Ese punto de comprensión yo creo que es la clave para ayudarnos», afirmó la profesora.

Con los ojos puestos en las oposiciones de junio, María espera volver a sufrir alguna recaída marcada por épocas de muchos nervios y estrés. A pesar de ello, comienza a trabajar su exigencia y su perfección con el fin de conseguir su objetivo y empezar una nueva etapa con la ayuda profesional.



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