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El silencio de mis gritos

  • Writer: Nuria Cifuentes
    Nuria Cifuentes
  • Mar 7, 2022
  • 2 min read

Nuria Cifuentes. Burjassot


La salud mental es una de las problemáticas principales en el mundo de los jóvenes. Las redes sociales, las relaciones tóxicas y su mala influencia, el acoso, intentar ser algo más o ser alguien que no eres ha provocado mucho daño en la salud de los adolescentes y jóvenes españoles.

La historia de una joven que ha sufrido cambios a lo largo de su vida marca la batuta del reportaje que dejamos a continuación. Una vida dura de una niña feliz que, con tan solo, 14 años, en plena adolescencia, fue trucada por culpa de una mala relación amorosa que la terminó apagando. Psicólogos, psiquiatras, mil consultas que terminaban en una misma conclusión: medicarse. Una medicación que aumentó sus hormonas y la revolucionó consiguiendo que terminase adicta a ellas. Necesitaba tomarlas para poder evitar el problema, pero acabó dándose cuenta de que esa no era la solución, que la fuerza era la principal ayuda que tenía que buscar en sí misma, porque si no terminaría hundiéndose.

Su cuarto, su mejor aliado, la huida, su estilo de vida.

Dejó de comer, de salir con sus amigos, de mostrar afecto con su familia, se sentía sin ganas, estaba apagada, perdida. Ni sentía ni padecía, simplemente estaba, iba y volvía, pero no sabía dónde.

Su familia y amigos, su entorno, se preocupaba porque no entendía el por qué, simplemente vieron que dejaba de ser ella poco a poco, que no era la misma, la niña risueña que había nacido en Valencia y que siempre sacaba sonrisas. Unas sonrisas que en ella ya no existían.

Una actitud que derivó en estados de ansiedad, llorar continuamente, desmayos y ataques de pánico. Tenía miedo, sentía que todo el mundo iba contra ella y que estaba sola frente a todo y contra todos.

El final, el intento de suicidio. Su solución solamente era quitarse del medio, no sentía que estuviese viva ya, por lo que no supondría un problema si ejecutaba esa acción. Quería desaparecer, quitarse ese dolor que tanto la hacía sufrir.


Un reportaje que cuenta su historia, la historia de María García.



Lo importante ante esta enfermedad es no prejuzgar, hay que entender y tener tacto con las personas que sufren ansiedad, depresión o ambas. Las palabras pueden ser muy hirientes para ellos y pueden hacer que terminen en una acción que pocos quieren. Intentar ayudarles es primordial. El entorno de las víctimas es un factor clave para que puedan evadirse, que salgan de sus habitaciones, que vean la luz del sol, que salgan a la calle y disfruten de nuevo de la vida.

A día de hoy sigue siendo un tema tabú, aunque cada vez menos. Se necesita que sea más primordial y que se muestren más ayudas para estas personas que también están pasando por una enfermedad, aunque no sea física. Un hecho que les lleva a no ver luz en su vida y sentirse apagados y sin ganas, no ven el final del camino. Personas que buscan ayuda a gritos, pero lo hacen en silencio.

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