La otra cara del triunfo
- Laura Cabezas
- Mar 7, 2022
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Amaya Romero/ Fuente: as.com
Laura Cabezas. València
Amaia Romero, la pamplonica que enamoró a todo el mundo tras su paso por Operación Triunfo 2017, en el que se proclamó ganadora del talent show, afirma que los últimos años de su vida han sido toda una locura. Además, la joven señala que ha tenido que contar con la ayuda de psicólogos para poder hacer frente a su nueva vida, tras el paso por el concurso.
Nació el 23 de enero de 1999 en la ciudad de Pamplona, Navarra. Aficionada al flamenco, aunque escucha cualquier género de música, sus cantantes favoritos son Marisol y The Beatles. Su gran versatilidad y su voz fueron las principales causas que le llevaron a obtener el primer puesto en la novena edición de Operación Triunfo, con el 46% de los votos. Además, Amaia se ganó al público por su personalidad, en la que destaca su espontaneidad. Una espontaneidad que en el transcurso de estos años se ha podido contemplar.
A su corta edad, la joven vive de lo que más le gusta, la música. Cantante y compositora, la pamplonica, en su corta trayectoria en el panorama musical, cuenta con un disco, “Pero No Pasa Nada”. Un éxito de álbum que logró colocarse como número uno en ventas y reproducciones del país.
Una chica normal, sencilla, que le gusta pasar el tiempo con sus amigos, y que a pesar de ser uno de los rostros más conocidos de España, sufre los mismos problemas que gran parte de personas de su misma edad, como son los problemas derivados por salud mental.
Amaia es uno de los rostros conocidos que ha confirmado públicamente, en el programa de Salvados, que está en mano de psicólogos, puesto que su vida hace poco más de 4 años cambió por completo, y al finalizar el programa sentía que no era consciente de lo que le estaba sucediendo, como si el cerebro lo tuviera en otro sitio. No le apetecía quedar con gente, estaba desganada y no entendía el porqué de esa actitud, puesto que ella era todo lo contrario, una chica alegre, con ganas de vivir la vida y disfrutarla.
Una joven con inseguridades, que sufrió en los inicios de su trayectoria profesional en la industria musical, puesto que sentía que no valía y tenia mucho miedo por decepcionar y que la gente viera que no servía para la música. Además, Amaia confiesa que ha padecido el síndrome del impostor, un trastorno psicológico, en el cual las personas famosas, con éxito no son capaces de comprender sus triunfos.
Es una joven cercana a los suyos, que le gusta pasar tiempo con su familia, disfrutar de momentos con su madre, padre y hermano. Amaia viene de una familia con un núcleo muy unido, siempre le han apoyado y respaldado, pero a pesar de ello, la joven no sintió comprensión por parte de su familia cuando les comunicó que había tomado la decisión de ir al psicólogo.
Con su cara de niña y su inocencia que le caracteriza, en el programa de Salvados afirma que a pesar de los problemas de salud mental por lo que está pasando se siente toda una privilegiada por la vida que le ha tocado vivir.
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